Nosotros

En el 30 aniversario del CEDAPP Rememorando sus orígenes

Era por los años setenta… recién desembarcada de Paris, donde estuve viviendo y estudiando,  que  al volver reencontré a  Lima y sus dificultades.

Hice mi internado en el psicopedagógico de la PUCP, y  empecé a enseñar un curso en el Departamento -en ese momento- de Psicología, curso que se llamaba Entrevista y Observación

Ese mismo año, conjuntamente con Carmen Lora de Ames y Alberto Rutté, decidimos hacer un taller de verano para enseñar Estimulación Temprana… tuvimos una respuesta masiva a nuestra convocatoriaFue una experiencia inolvidable tanto en su organización como en su aplicación.

Creo que fueron esas tres cosas las que me animaron a juntar internas e internos que quisieran acompañarnos a Caja de Agua, al Centro de Ayuda al Menor “Alejandro Sánchez Arteaga”, dirigido por Isabel Calderón, Asistenta Social quien nos acogió con generosidad y nos permitió tener nuestro  primer consultorio en la zona.

Luego conseguí trabajo en el Colegio Parroquial “Nuestra Señora de Guadalupe” de los Carmelitas, en Balconcillo, donde la inolvidable señora Lucinda de Arnao, directora del colegio, también me acogió y  dio todo tipo de facilidades para trabajar tanto en primaria como en secundaria.

Allí, en un cuarto llegué a tener 11 internas de psicología, tiempos inolvidables e intensos… jóvenes, llenos de ideas y entusiasmo donde la utopía era nuestra  meta. Trabajábamos en evaluaciones, entrevistas a padres y madres, talleres con los maestros y maestras, estimulación, psicoterapia breve… Organizamos incluso nuestro Primer Taller de Grupos Operativos e invitamos a Ro Langer (hoy Rosa Jaitin) a hacernos  un entrenamiento teórico práctico  sobre el punto.

Habíamos crecido.

Se hizo necesario pensar en un local propio y autónomo del colegio…Elvira Soto de Dupuy se hizo cargo  del proyecto y empezó a buscar cómo legalizarnos y encontrar  financiación. Y allí nació, entonces el CEDAPP, con una estructura más o menos semejante con la cual se había iniciado años antes.

Mi relación afectiva y laboral  con la institución es clara  e intensa, eso no ha variado nada en 30 años … al contrario ha crecido, si eso es posible,  y yo siento que lo es. Los tiempos externos, sin embargo han variado y se han vuelto difíciles en lo que a financiamiento se refiere, y a los problemas que llegan a consulta.

La población de jóvenes  que en estos 30 años ha transitado y trabajado en el CEDAPP ha sido en su mayoría inolvidable y han puesto cada uno y una su porción de trabajo y sudor que supone la intervención con poblaciones tan carenciadas donde solamente el entusiasmo  y la fuerza de la juventud fresca y potente logra hacer cosas importantes en todos los temas: violencia, estimulación, adolescencia, adicciones, abandono, etc. que son los temas que frecuentemente  tienen que tratar.

Por ello y para ellos y ellas mi agradecimiento y homenaje por los años transcurridos.

Matilde Ureta de Caplansky
Fundadora y Presidenta
CEDAPP

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