noviembre 15, 2006
Delicado tema hablar sobre la actitud discutible de una mujer de figuración pública: me refiero a Pilar Nores.
Surgen preguntas tales como:
- ¿Qué pasa por el alma de una mujer cuyo marido mujeriego y promiscuo “comprobado”, sigue durmiendo en su casa, aunque no sea en su cama?
- ¿Qué sentimos las mujeres cuando nuestros maridos nos sacan la vuelta?
- ¿No sentimos dolor y rabia?
- ¿Impotencia?
- ¿Qué hacemos con todos estos afectos cuando los tenemos???
- ¿A qué dignidad se refiere el vulgo cuando dice que Nores ha tenido una “actitud digna”??
- ¿Qué piensan y sienten sus hijos, sobre todo sus hijas mujeres???
- ¿Cuál es la gravitación nacional para las mujeres peruanas que su icono femenino sea sometida, pacientemente y por qué no decirlo, de manera masoquista públicamente?
- ¿Qué pasaría si Pilar Nores apareciera embarazada diciéndole al Perú que un “hombre de altas cualidades” la ha embarazado y que espera que Alan acepte a su bebé en su hogar como un hijo mas???
Se imaginan la escena??? Imposible verdad?
Esto es, creo, lo más grave, porque finalmente la vida privada de los García- Nores es de ellos… solamente que siendo, nos guste o no, iconos mediáticos, sus actitudes y discursos tienen una gravitación en la población y que mas allá de las personas involucradas, “están en discusión los roles de los sexos, los modelos de familia, el respeto entre las personas” (1), para no hablar del amor y de la pareja…
Es solo esta razón la que nos lleva a reflexionar sobre este tema, el sentir que en la Agenda Mujer Peruana este hecho patético nos hace retroceder significativamente, y creo que esto es muy grave.
Bien dice Martín Tanaka: “… Me preocupa sobremanera notar en estos razonamientos la presencia de un modelo patriarcal, machista, conservador, de relación entre los sexos, que a estas alturas de la vida creía en retirada”.
Añade Tanaka: “… La esposa debería ser comprensiva en nombre de la unidad familiar, y debería valorar su papel de esposa oficial, la ‘catedral’. La madre extramatrimonial debe aceptar su papel de ‘capilla’ en tanto reciba compensaciones y los beneficios de su cercanía al macho (…) Al macho proveedor casi todo le está permitido, dentro de límites muy laxos. A las mujeres lo que les toca es someterse, resignarse, sufrir estoicamente. Así se comportarán como ‘toda una señora’… “.
Pero qué barbaridad es ésta: llamar dignidad a una actitud patológica, patética e insufrible ¿Dónde estamos??
Para empezar, por qué no lo discutimos como hecho ético. Para Stuart Mill -filosofo utilitarista- la felicidad de todo individuo consiste en mantener un balance favorable entre el placer y el dolor… muy lejos de esto estaba la expresión de Pilar Nores, parada al lado (¿?? en función de qué y para qué es otra de las preguntas) de García… por el contrario su rostro de dolor y humillación parecían evidentes ¿eso es dignidad???
Se trata, mas bien , sin ser irónica ni sarcástica, de una ética del mal o de la trasgresión, y quien lo hace no obedece, por cierto, a ningún sistema ético y menos kantiano… que postula que “la decisión ética debe obedecer estrictamente a la voz de la conciencia, la voz que exige al hombre o mujer cumplir la ley por la sencilla razón de que es la ley”.
Como reverso especular nos encontramos con Sade, para quien la destrucción adquiere una dimensión trascendente. El sádico no debe perpetrar un crimen guiado por la espontaneidad del placer, del goce o cualquier otro beneficio inmediato sino utilizar la razón y el cálculo para maximizar el efecto destructivo del crimen. Es decir, la voluntad de goce del libertino no es propiamente suya sino de otro imaginario, un amo perverso. Dicho de otro modo, la víctima se torna insensible para soportar lo que le acontece y poder así sobrevivir algunas horas más…porque se trata sólo de eso: unas horas más… ¿existe alguna agenda política que explique o justifique este modus operandi???No lo creemos… ni siquiera Sembrando…