diciembre 24, 2006
Este año, el único saludo que hará CEDAPP por estas fiestas será a través de este boletín y en ese sentido quisiéramos desarrollar una idea vinculada al título de estas reflexiones, hacer un agradecimiento y enviar nuestros saludos.
Entendemos por sostener la esperanza el lograr que, hasta en los momentos más difíciles, las personas podamos resistir creativamente, tengamos algo de tolerancia con lo que sucede y fe en que las cosas pueden mejorar. Esta reflexión nos remite al concepto de Resiliencia.
La resiliencia, que es la capacidad de reponerse de las adversidades y construir sobre ellas, no es un atributo que podemos tener o no de manera azarosa. Somos más resilientes mientras más factores protectores priman en nosotras y nosotros cuando tenemos que responder ante las adversidades.
Los factores protectores tanto a nivel individual como comunitario son varios y han sido desarrollados por diversos especialistas. Encontramos entre ellos, el haber cubierto las necesidades materiales básicas, la elevada autoestima, el sentido del humor, las redes sociales (familia, amistades, organizaciones, grupos diversos de referencia, etc.) y sobre todo, la aceptación fundamental de la persona y no del comportamiento (1). Esta aceptación deben hacérnosla sentir nuestros padres y madres pero también las comunidades en las que vivimos.
Se trataría de desarrollar y apuntalar los factores protectores individuales y colectivos para promover personas y sociedades resilientes, que con esperanza reviertan las situaciones difíciles.
Quizá sea la ausencia de esperanza o más bien la desesperanza, que lleve a las personas a las decisiones más extremas, y menos resilientes, como es quitarse la vida. Este año los suicidios han aumentado de manera significativa en nuestro país, especialmente en niñas, niños y adolescentes. “Las alarmantes cifras del Ministerio de Salud (Minsa) arrojan que 329 peruanos se han suicidado en lo que va del año. Entre ellos figuran 37 niños y adolescentes” (2). Y es el mes de diciembre en el que cada año la curva se eleva. Pero estas cifras quedan cortas si se tiene en cuenta la cantidad de personas que intentan hacerlo sin lograrlo, por suerte. “En los últimos cuatro meses se registró un promedio de tres mil intentos de suicidio en todo el país, informó ayer Freddy Vásquez, Jefe del Programa de Prevención del Suicidio del Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi” (3).
“Los principales factores de riesgo que predisponen a un comportamiento suicida en niños son: procedencia de hogares disfuncionales, fallas escolares, maltrato físico o psicológico, aislamiento social, etc.” (4)
No queremos con estas reflexiones herir ninguna sensibilidad ni la ilusión que significan estas fiestas, pero si recordar que hay condiciones que definitivamente hacen que muchas personas profundicen su desesperanza al constatar las brechas afectivas, sociales y económicas, que pueden hacerse más visibles en momentos como estos.
Hay acciones y actitudes – además de la renovación del compromiso sostenido por la desaparición de las brechas – cuyo costo económico a veces es nulo, que aunque si cuesten en términos del esfuerzo o renuncia que puedan causar, bien valen la pena si ayudamos a sostener esperanzas y con eso ganar vida.
Para terminar, queremos agradecer a todas las instituciones, organizaciones, amigos, amigas, lectores, lectoras y diversas personas que han sostenido la esperanza del CEDAPP de hacer realidad su visión, que consiste en
que niñas, niños y adolescentes crezcan en entornos caracterizados por vínculos humanos de respeto y afecto, ejerciendo su derecho a la salud mental como parte de su desarrollo integral.
Les enviamos en estas reflexiones nuestros saludos y deseos de que vuestras esperanzas siempre estén vivas, hasta en los momentos más difíciles, que siempre encuentren un hombro, una sonrisa, alguien dispuesto o dispuesta a escuchar y por supuesto, que mucho de todo lo bueno que la vida puede dar y de sus esperanzas individuales y colectivas, efectivamente se realicen en el 2007 y en adelante.
María Emilia Filomeno
Directora General
CEDAPP