Nosotros

Acerca de la Representación, la Democracia y la Salud

Después de casi 10 años de representar a CEDAPP como Directora General, dejo este cargo agradeciendo a todas las personas e instituciones que me han acompañado y apoyado en esta labor, especialmente a mis colegas de CEDAPP, con quienes hemos venido construyendo propuestas, institución y amistad. Quisiera aprovechar la ocasión para compartir algunas de las reflexiones que hemos realizado acerca de esta tarea directiva.

La existencia de cargos directivos –como característica de un modelo de organización democrática generado a lo largo de la historia humana… y aún en prueba sobre su carácter democrático…- obedece a la necesidad de los distintos grupos humanos de ser representados. De manera global e ideal, podemos decir que, al elegir representantes, buscamos canalizar de manera organizada y solidaria, un conjunto de propuestas que busquen el bien común de una determinada población. No es poca cosa…

Algunas veces estas representaciones coinciden con liderazgos naturales que emergen espontáneamente, otras veces no y, en estos casos, suponen todo un proceso de aprendizaje personal. De todas maneras, en ambos casos, teniendo más o menos facilidad para liderar, siempre es una tarea que reta al máximo nuestras capacidades, nuestra responsabilidad y compromiso… o… que debería hacerlo…este aspecto sería especialmente importante de ser considerado en una coyuntura nacional como la peruana tan próxima ya a las elecciones presidenciales.

Existen distintas maneras de pensar acerca del perfil de un cargo directivo.  Algunos puntos de vista resaltan la importancia de las capacidades técnicas, que van especializándose en determinadas áreas, lo cual podría abogar por mantener indefinidamente algunos liderazgos porque, a decir de la gente, “son los y las especialistas”. Otras opiniones –dentro de las cuales nos sumamos- consideran que la rotación de representantes con diversos perfiles –calificados por supuesto para el cargo- considerando además períodos razonables según los casos, es saludable para la vida de las instituciones así como también para la salud mental de las personas que asumen dichos cargos.

Si el objetivo de representar es servir a un colectivo, éste se beneficiará con los distintos estilos y matices de sus diversos representantes aunque todos ellos y ellas puedan obedecer a una misma visión y misión institucional. Además, las teorías sobre el funcionamiento de los grupos nos muestra con claridad cómo los grupos saludables, dinámicos, son aquellos que puede rotar a sus miembros en distintos roles, delegar, compartir el poder –los poderes- y considerar los puntos de vista de los demás colocándose en distintos lugares. Ello, no obstante, no excluye que las personas puedan elegir desde qué lugar aportar mejor según sus características y cualidades. En ese sentido, no estamos postulando que todas las personas, por una democracia mal entendida, tengan que asumir cargos de representación.

Nuestra experiencia con grupos e instituciones nos ha mostrado cuántas vivencias y afectos muy profundos se movilizan, es decir se sienten tocados y activados, cuando se trata de opinar, decidir y asumir diversos poderes en un grupo o institución… Sino, observemos a nuestro alrededor a propósito del escenario pre electoral… Lo más complicado del asunto, es que todo esto que nos pasa, pocas veces es conciente y, por tanto, pocas veces es materia de reflexión y autoanálisis.

Permanentemente, porque así es la naturaleza humana, estamos adjudicando y asumiendo  roles, en las familias, en las escuelas, en las distintas comunidades y culturas, en las instituciones públicas y privadas… Estos procesos se dan en función del tipo de socialización que hemos vivido, de los modelos introyectados, de los valores y costumbres culturales… Si no se trabaja sobre estas dimensiones subjetivas, se pueden repetir patrones inadecuados de vínculo, de liderazgo y de relaciones de poder. Por ejemplo, modelos autoritarios, narcisistas, que no cumplen con el objetivo real de “representar” a los otros y otras, sino que imponen sus propios contenidos, proyectos y estilos “como si” representaran a los colectivos que los eligen, cuando en realidad están respondiendo a sus propias necesidades e intereses.

En este tipo de situaciones es bueno mirar las cosas desde todos los lados… también desde el lado de los colectivos que los eligen… Cuántas veces hemos criticado a las y los dirigentes que no quieren dejar sus cargos, que son autoritarios y, no vemos que no estamos dispuestos a asumir esas responsabilidades; entonces termina siendo funcional que existan “eternos dirigentes” o que tengamos que elegir “al menos malo” como ya viene siendo historia en nuestro país. 

Cabe explicar también que la tarea de representar, de dirigir, según el caso, puede ser asumida por algunas personas como una forma de compensar grandes vacíos o de afirmar una identidad. En esos casos, “los cargos” –más concretamente lo que representan para el psiquismo de esas personas-se constituyen casi en partes de su self -o sí mismo-; por eso, dejarlos puede ser vivido como una amenaza a la identidad personal, a la integración.

Por todo esto, CEDAPP trabaja y apuesta por construir relaciones democráticas y promover liderazgos flexibles desde la infancia y la adolescencia, favoreciendo el desarrollo de personas más integradas. Ello supone fortalecer las funciones parentales, la autoestima y autonomía de niños y niñas, garantizar el ejercicio de sus derechos en todos los espacios en que se dan los procesos de socialización. Por todos estos aspectos, consideramos que la salud mental es un aspecto indispensable del desarrollo saludable e integral de las personas y las sociedades. Ya lo decía Donald Winnicott –médico pediatra y psicoanalista- al referirse al potencial democrático de una sociedad que apuesta por la buena crianza de sus niños y niñas:

“… las persona no pueden superar, en cuanto a la construcción de una sociedad, lo que pueden alcanzar en su propio desarrollo personal… El factor democrático innato de una comunidad, deriva de la función que cumple un buen hogar corriente…”

Finalmente, quisiera presentarles a las y los nuevos directivos de CEDAPP:

Directora General :

María Emilia Filomeno Chávez

Miembros del Consejo Directivo:

  • Matilde Ureta de Caplansky
  • Elvira Soto de Dupuy
  • María Julia Oyague Baertl
  • Renzo Montani Valdivia
  • Rogelio Rosso Flores

Con Gratitud y amistad,

Después de casi 10 años de representar a CEDAPP como Directora General, dejo este cargo agradeciendo a todas las personas e instituciones que me han acompañado y apoyado en esta labor, especialmente a mis colegas de CEDAPP, con quienes hemos venido construyendo propuestas, institución y amistad. Quisiera aprovechar la ocasión para compartir algunas de las reflexiones que hemos realizado acerca de esta tarea directiva.

La existencia de cargos directivos –como característica de un modelo de organización democrática generado a lo largo de la historia humana… y aún en prueba sobre su carácter democrático…- obedece a la necesidad de los distintos grupos humanos de ser representados. De manera global e ideal, podemos decir que, al elegir representantes, buscamos canalizar de manera organizada y solidaria, un conjunto de propuestas que busquen el bien común de una determinada población. No es poca cosa…

Algunas veces estas representaciones coinciden con liderazgos naturales que emergen espontáneamente, otras veces no y, en estos casos, suponen todo un proceso de aprendizaje personal. De todas maneras, en ambos casos, teniendo más o menos facilidad para liderar, siempre es una tarea que reta al máximo nuestras capacidades, nuestra responsabilidad y compromiso… o… que debería hacerlo…este aspecto sería especialmente importante de ser considerado en una coyuntura nacional como la peruana tan próxima ya a las elecciones presidenciales.

Existen distintas maneras de pensar acerca del perfil de un cargo directivo.  Algunos puntos de vista resaltan la importancia de las capacidades técnicas, que van especializándose en determinadas áreas, lo cual podría abogar por mantener indefinidamente algunos liderazgos porque, a decir de la gente, “son los y las especialistas”. Otras opiniones –dentro de las cuales nos sumamos- consideran que la rotación de representantes con diversos perfiles –calificados por supuesto para el cargo- considerando además períodos razonables según los casos, es saludable para la vida de las instituciones así como también para la salud mental de las personas que asumen dichos cargos.

Si el objetivo de representar es servir a un colectivo, éste se beneficiará con los distintos estilos y matices de sus diversos representantes aunque todos ellos y ellas puedan obedecer a una misma visión y misión institucional. Además, las teorías sobre el funcionamiento de los grupos nos muestra con claridad cómo los grupos saludables, dinámicos, son aquellos que puede rotar a sus miembros en distintos roles, delegar, compartir el poder –los poderes- y considerar los puntos de vista de los demás colocándose en distintos lugares. Ello, no obstante, no excluye que las personas puedan elegir desde qué lugar aportar mejor según sus características y cualidades. En ese sentido, no estamos postulando que todas las personas, por una democracia mal entendida, tengan que asumir cargos de representación.

Nuestra experiencia con grupos e instituciones nos ha mostrado cuántas vivencias y afectos muy profundos se movilizan, es decir se sienten tocados y activados, cuando se trata de opinar, decidir y asumir diversos poderes en un grupo o institución… Sino, observemos a nuestro alrededor a propósito del escenario pre electoral… Lo más complicado del asunto, es que todo esto que nos pasa, pocas veces es conciente y, por tanto, pocas veces es materia de reflexión y autoanálisis.

Permanentemente, porque así es la naturaleza humana, estamos adjudicando y asumiendo  roles, en las familias, en las escuelas, en las distintas comunidades y culturas, en las instituciones públicas y privadas… Estos procesos se dan en función del tipo de socialización que hemos vivido, de los modelos introyectados, de los valores y costumbres culturales… Si no se trabaja sobre estas dimensiones subjetivas, se pueden repetir patrones inadecuados de vínculo, de liderazgo y de relaciones de poder. Por ejemplo, modelos autoritarios, narcisistas, que no cumplen con el objetivo real de “representar” a los otros y otras, sino que imponen sus propios contenidos, proyectos y estilos “como si” representaran a los colectivos que los eligen, cuando en realidad están respondiendo a sus propias necesidades e intereses.

En este tipo de situaciones es bueno mirar las cosas desde todos los lados… también desde el lado de los colectivos que los eligen… Cuántas veces hemos criticado a las y los dirigentes que no quieren dejar sus cargos, que son autoritarios y, no vemos que no estamos dispuestos a asumir esas responsabilidades; entonces termina siendo funcional que existan “eternos dirigentes” o que tengamos que elegir “al menos malo” como ya viene siendo historia en nuestro país. 

Cabe explicar también que la tarea de representar, de dirigir, según el caso, puede ser asumida por algunas personas como una forma de compensar grandes vacíos o de afirmar una identidad. En esos casos, “los cargos” –más concretamente lo que representan para el psiquismo de esas personas-se constituyen casi en partes de su self -o sí mismo-; por eso, dejarlos puede ser vivido como una amenaza a la identidad personal, a la integración.

Por todo esto, CEDAPP trabaja y apuesta por construir relaciones democráticas y promover liderazgos flexibles desde la infancia y la adolescencia, favoreciendo el desarrollo de personas más integradas. Ello supone fortalecer las funciones parentales, la autoestima y autonomía de niños y niñas, garantizar el ejercicio de sus derechos en todos los espacios en que se dan los procesos de socialización. Por todos estos aspectos, consideramos que la salud mental es un aspecto indispensable del desarrollo saludable e integral de las personas y las sociedades. Ya lo decía Donald Winnicott –médico pediatra y psicoanalista- al referirse al potencial democrático de una sociedad que apuesta por la buena crianza de sus niños y niñas:

“… las persona no pueden superar, en cuanto a la construcción de una sociedad, lo que pueden alcanzar en su propio desarrollo personal… El factor democrático innato de una comunidad, deriva de la función que cumple un buen hogar corriente…”

Finalmente, quisiera presentarles a las y los nuevos directivos de CEDAPP:

Directora General :

María Emilia Filomeno Chávez

Miembros del Consejo Directivo:

  • Matilde Ureta de Caplansky
  • Elvira Soto de Dupuy
  • María Julia Oyague Baertl
  • Renzo Montani Valdivia
  • Rogelio Rosso Flores

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