El 28 de mayo de 1987 en el marco del V Encuentro Internacional sobre Mujeres y Salud realizado en San José de Costa Rica, con cerca de 700 mujeres participantes de diferentes países del mundo se acordó “crear un día internacional anual dedicado a la Salud de las Mujeres con el propósito de influir en los niveles de decisión política y promover cambios que garanticen la salud de las mujeres”[1]. Por iniciativa de uno de los grupos participantes se eligió el mismo 28 de mayo para celebrar ese día y se le denominó “Día de Acción por la Salud de la Mujer”. En el Perú se celebra desde 1988 y el 24 de mayo de 1991 fue reconocido así por el Congreso de la República.
La preocupación por la salud de las mujeres y el consecuente accionar por ésta tiene ya muchos años, casi 30; y cada vez más adeptas y adeptos no solo desde los grupos de feministas y de mujeres, si no también desde espacios públicos, privados y de la cooperación internacional. Y es que ya no es posible dejar de reconocer las problemáticas de salud específicas de las mujeres por su situación de género. Son muchas y su magnitud es alarmante. Las estadísticas de las diferentes formas de violencia de género, de depresión, de mortalidad materna, … nos lo recuerdan a cada momento.
Sin embargo, en esta oportunidad queremos resaltar algunas expresiones que a nuestro juicio son de salud, de buena salud y que valen la pena resaltarse también como un paradigma de comportamiento ciudadano más aún en esta coyuntura.
El UNICEF, la Región Andina de International IDEA y Transparencia realizaron una reunión este jueves 25 de mayo para presentar el tercer informe de monitoreo de medios en temas de desarrollo humano y la segunda encuesta de IMASEN acerca de la niñez en las elecciones 2006. En el caso de la encuesta, ésta se realizó entre el 29 de abril y el 05 de mayo, a nivel nacional abarcando zonas urbanas y contempló 1602 entrevistas efectivas a personas entre los 18 y 70 años de las que el 49.4% fueron hombres y el 50.6% mujeres.
De las siete preguntas cuyas respuestas fueron presentadas en cuadros, queremos proponer una reflexión sobre la segunda de ellas, hecha solamente a las personas que habían contestado no conocer las propuestas o plan de gobierno de los candidatos presidenciales que están pasando a la segunda vuelta. Ponemos a continuación la pregunta y las repuestas según sexo.
¿Diría que no los conoce porque usted mismo ha tenido poco interés, porque los candidatos no han sabido exponer claramente sus propuestas, o porque los medios han ayudado poco a difundirlas?
Como se puede observar hay un 34.4% de mujeres que contestan que la razón es su poco interés. Las mujeres que dan otras causas se diferencian del primer grupo en casi 6 puntos menos en cada caso, salvo las que no responden. En el caso de los hombres, la composición de la respuesta es diferente, estando el menor porcentaje en los que dan como causa su poco interés (28.6%) y siendo la diferencia con las mujeres que dan la misma respuesta de casi seis puntos menos.
Son más las mujeres que se responsabilizan a sí mismas de su desconocimiento de los planes de gobierno que los hombres. Las razones de estas respuestas seguramente son variadas pero una que debe estar presente es que hay una tendencia en las mujeres a poner en sí mismas las dificultades que tienen que afrontar y en los varones a poner las dificultades en el afuera. Esta constatación coincide con nuestra experiencia y la de otras y otros profesionales e instituciones que han trabajado y trabajan con mujeres.
Lo cierto es que esa debería ser la respuesta mas elegida ya que si el interés es genuino debe expresarse en formas de exigencia que harían no solo que los medios difundieran mas los planes de gobierno y que los candidatos los expusieran claramente, sino incluso que los planes fueran mejores!!!, y esto, a ojos vista no se está dando.
Nos aventuramos aquí a afirmar que comenzar por uno o una, sin por eso alimentar conductas culposas o inadecuadas, es un buen signo.
Finalmente, y casi en la misma línea queremos mencionar una experiencia que una gran amiga nos está dando el honor y privilegio de vivir a todas sus amigas y amigos, pero ante la que pareciera haber también una respuesta de género. Ella está muy delicada de salud y eligió una estrategia para afrontar su situación: compartirla con todas sus amigas y amigos. Esto ha traído como respuesta la formación de una gran red de solidaridad y muchísimas expresiones de afecto. Pero hay una particularidad: las mujeres son mayoritariamente las más comprometidas con todas las acciones, desde gestiones hasta acompañamientos y cuidados. Los hombres escriben, visitan algunas veces y en pocos casos se involucran con las otras acciones mencionadas. Esto también coincide con otros hallazgos: las mujeres estamos más dispuestas a entregar, a poner el cuerpo frente a los problemas enfrentando lo que eso traiga como consecuencia, como fue el caso de la mayoría de las invasiones para la formación de los asentamientos humanos, en las que las mujeres iban por delante.
Con estas reflexiones no queremos reforzar diferencias o competencias entre los géneros si no más bien pensar en conjunto acerca de los procesos de desarrollo de hombres y mujeres y de la construcción de determinadas características de género que tienen que ver con los estilos de vínculo, con la identificación con las y los otros, con la función de soporte, etc. Se trata de plantearnos formas de socialización que promuevan tanto en hombres como en mujeres, una mayor capacidad de acogida, empatía e introspección.
Creemos que es indispensable seguir reflexionando y buscando formas de revertir en los menores tiempos las dramáticas problemáticas de salud que vivimos las mujeres por nuestra situación de género, pero también podemos sentirnos orgullosas y celebrar por aquellas características saludables que tenemos y que esperamos que más hombres puedan lograr para hacer de este mundo un mejor lugar para ellos y para nosotras.
María Emilia Filomeno Chávez
Directora General
CEDAPP