
¿De qué se trata la psicoterapia para niñas y niños?
Se trata de un espacio que, basado en el vínculo con la o el terapeuta y mediante la comunicación de la niña o niño a través del juego, busca iniciar un proceso de expresión, contención y comprensión de aquellos aspectos que le generan conflicto, o que resultan problemáticos para su desempeño en los diferentes ámbitos donde se desenvuelve. Asimismo, sirve de manera preventiva para acceder a una mejor calidad de vida en salud mental.
¿En qué casos solicitar la psicoterapia para niñas y niños?
Se suele recomendar un espacio de psicoterapia para niñas y niños en casos en los que los padres o madres observen alguna manifestación, queja o cambio en su hija o hijo, que le genere molestias, sufrimiento o angustia, ya sea por cómo se siente o por cómo se vincula con los otros. Asimismo, cuando ha acontecido algún evento impactante o doloroso para la familia o para el niño o niña, que esté afectando su bienestar. Del mismo modo, puede darse el caso que sea el psicólogo, psicóloga o docente del colegio quien recomiende la terapia debido a alguna dificultad o situación observada. Las razones para acudir a un espacio de psicoterapia para niñas y niños varían en cada caso.
¿Cuáles son las condiciones para la psicoterapia de niñas y niños?
Tiene una frecuencia mínima de una vez por semana y cada sesión tiene una duración de 45 minutos.
¿Cómo trabajamos en la psicoterapia para niñas y niños?
El proceso está acompañado por un o una psicoterapeuta que, con el juego y la palabra como instrumentos principales, facilitará que la niña o niño pueda ir descubriendo y trabajando los motivos de sus conflictos y, así, los vaya resolviendo. Esto, debido a que el juego constituye el mejor medio de comunicación del infante y, a través de la escucha sensible y especializada, de señalamientos y frases oportunas y, sobre todo, de la lectura pertinente de las comunicaciones de la o el paciente, se hará posible el logro de los objetivos descritos.
Las primeras sesiones se realizan sólo con el papá y la mamá. Es decir, sin la presencia del niño o niña. Asimismo, se tendrán reuniones periódicas con aquellos durante el proceso con su hijo o hija ya que es necesario que tanto la mamá como el papá participen (las reuniones pueden ser juntos o por separado) para que comuniquen al o a la profesional cómo ven a su hija o hijo y para que se les informe acerca del proceso, todo lo que les permitirá una mejor comprensión de su niña o niño y favorecerá su bienestar.