enero 6, 2018
El Centro de Desarrollo y Asesoría Psicosocial considera conveniente brindar a las y los ciudadanos peruanos algunos elementos de análisis sobre las justificaciones que se han expuesto para indultar al ex presidente de la República, señor Alberto Fujimori Fujimori, y sobre el impacto que podría tener dicho indulto en la salud mental de la población peruana.
Los subtítulos –salvo el último- corresponden a afirmaciones realizadas por el presidente de la República, señor Pedro Pablo Kuczynski en el discurso que dio al país el 25 de diciembre último. El orden de su presentación es nuestro.
- “La justicia no es venganza”
Efectivamente, la justicia busca reparar los daños cometidos hacia personas o grupos y rehabilitar, además, a quienes realizaron dichos daños. En ningún caso es venganza. Cuando se establece una pena a una persona se hace para que tenga una oportunidad de rehabilitación. Tan es así que nuestra institución ha acuñado una frase desde hace muchos años: la sanción es terapéutica. Esto porque es ordenadora del psiquismo, tanto de quienes infringen la ley, como de quienes sufrieron los daños de dichas infracciones, ya que identifica el acto violento y la forma como éste ataca los derechos y dignidad de las personas, valida el dolor de las víctimas, establece límites legales, sociales y emocionales a los agresores y, promueve acciones de reparación.
Usaremos un ejemplo doméstico: vemos con naturalidad la invocación que se hace a padres y madres para que frente a actitudes inadecuadas de sus hijas e hijos, tomen medidas reparadoras que no vulneren sus derechos. Es decir, no involucren sus necesidades básicas, sean proporcionales al error cometido y, se cumplan; ya que de esta manera se estará formando en ellos y ellas algo importante y trascendente: que se hagan responsables por las consecuencias de sus actos.
Vistas así, las sanciones justas y la vigilancia de su cumplimiento, son gestos de amor, de compromiso, de salud mental. No hay ahí venganza alguna.
Consideramos que la misma regla rige para el caso del señor Fujimori o cualquier ciudadano que recibe una sanción. Pedir que cumpla su condena, no es venganza. Por el contrario, es un acto de compromiso y salud mental hacia él, hacia las víctimas y los familiares de éstas y, hacia la sociedad en general.
- “Reitero que esta decisión… se asienta en razones humanitarias
La justicia es indispensable para la salud mental de las personas y de las sociedades. Sin justicia no hay salud mental y sin salud mental no hay bienestar ni calidad de vida, requisitos básicos del desarrollo sostenible de un país.
Contar con un sistema de justicia que cuida que las personas reparen los daños que han ocasionado, es también promover que dichas personas recobren su dignidad; es decir, el respeto por sí mismas. Devuelve autovaloración y humaniza.
Entonces, podemos afirmar que lo humanitario con quienes han cometido delitos, es apoyarles para que cumplan la sanción que la justicia les ha impuesto. Desde ese punto de vista, no consideramos que sea humanitario indultar a una persona, más aún en el caso del señor Fujimori, que es responsable de “delitos que alcanzan el estatus de lesa humanidad” (IDEHPUCP, 25 de Diciembre de 2017), además de otros, como el de peculado, por apropiarse “de 15 millones de dólares de las arcas nacionales para entregarlos a su ex asesor, Vladimiro Montesinos” (Perú 21, 25/12/17); el de usurpación de funciones, probándose “que había ordenado a un militar suplantar a un fiscal para allanar ilegalmente la casa de Trinidad Becerra, esposa de su ex asesor Vladimiro Montesinos y desaparecer los llamados ‘vladivideos’” (Perú 21, 25/12/17), o el de corrupción, por “espionaje telefónico, pago a medios de comunicación y la compra de congresistas tránsfugas” (Perú 21, 25/12/17), entre otros.
- “Su gobierno (del Sr. Fujimori) que heredó… un país sumido en una crisis violenta, caótica, incurrió en transgresiones significativas a la ley, al respeto por la democracia, a los derechos humanos; pero también creo que contribuyó al progreso nacional”.
El gran reto para los seres humanos es avanzar dentro de un proceso que honre sus derechos, reconocidos universalmente. En el caso que nos convoca, significa que contribuir al progreso nacional debe contemplar indefectiblemente el respeto por el otro, sus derechos y su dignidad. Reconocer que el otro existe y puede pensar diferente es requisito de una buena salud mental. Ahora bien, si ese otro no nos reconoce y nos daña, debemos ponerle freno, límites, pero no con las formas que rechazamos, que no reconocen su dignidad humana.
Frenar actos de violencia adjudicándose el poder de dañar o disponer de la vida de los demás, es actuar como aquellos que nos violentan, es un crimen, desvirtúa la finalidad de la justicia, ataca nuestra humanidad. No existe pues ninguna justificación para matar o corromper, así esto vaya acompañado de otras medidas favorables al país.
- “Peruanas y peruanos jóvenes, que las emociones negativas heredadas del pasado no limiten los objetivos que tenemos que alcanzar…”
Cuando un evento irrumpe en el psiquismo, es necesario que éste lo procese, más aún si es negativo. De no ser así, traerá diversas consecuencias, que podrían configurar traumas. Favorecer el procesamiento del evento que irrumpe debe contemplar –entre otros- escuchar a la persona y su testimonio, tanto como lo necesite.
Cuando no hemos logrado reparar esas heridas, hay la posibilidad de una transmisión de generación en generación de “situaciones traumáticas” (Rozenbaum, 2015).
“Se afirma que si bien es verdad que ninguna realidad traumática, por patógena que sea, alcanza por si sola para dar cuenta de una u otra sintomatología, y que de las condiciones de los antepasados no podemos inferir el futuro destino psíquico de un sujeto, también es verdad que aquello que queda enterrado en un progenitor con cualidad de catástrofe psíquica, puede transmitirse al psiquismo de un hijo, en identificaciones inconscientes solidarias de una historia que encadena a dos o tres (generaciones)” (Rozenbaum, 2015).
Culpar al pasado por las emociones de las y los jóvenes es desconocer el valor de aquél como experiencia presente en su psiquismo y, desconocer la indignación que sienten al verse engañados y manipulados por quienes deberían ser paradigmas de justicia.
Diversos estudios nos demuestran que es imprescindible recordar para no repetir. Los museos de la memoria en el mundo y en nuestro país el Lugar de la Memoria (entre otros importantes monumentos), así nos lo recuerdan.
Es así que la apelación hecha a las y los jóvenes es poco saludable, más aun teniendo en cuenta que por su etapa evolutiva requieren de líderes y modelos de identificación sólidos, saludables mentalmente, que reconozcan las necesidades de ellas y ellos y las respeten, que no les lleven a la confusión.
- Probable impacto en el psiquismo de las transgresiones a la justicia.
“Uno siente violencia cuando es negado como sujeto, como sujeto deseante o como sujeto existente. Lo que provoca violencia es el sentimiento de no existir, de no ser tenido en cuenta como sujeto y ser tratado como un objeto en el sentido material del término” (Philippe Jeammet (1995) citado por Loureiro Malán (2008).
El aporte de Jeammet a la comprensión de la violencia y el análisis que precede a este punto, nos permiten sostener que el indulto al señor Fujimori, ha violentado a la población peruana, aunque algunos de sus miembros no tengan conciencia de esto.
Esa vivencia de violencia podría generar:
- Desconcierto e incertidumbre por la vulneración de la justicia.
- Falta de credibilidad en los mecanismos de regulación de la vida ciudadana.
- Frustración y desesperanza para la construcción de un país mejor.
Es de resaltar que los dos factores de riesgo que atacan la resiliencia comunitaria son el fatalismo y la corrupción. Pretender no mirar estas consecuencias, es de una gran irresponsabilidad pues:
“… no mirar,… no entender y (en su lugar) reprimir problemas de la vida nacional (podría traer) que más tarde regresen con más fuerza a través de … violencia o caos social.” (CEDAPP, 2006).
Miraflores, Enero 6 de 2018.
Asamblea de Asociados
CEDAPP