Carlos recuerda cuando sus padres le dijeron que se iban a separar. Al inicio se sentía muy triste y se fue corriendo a casa de sus padrinos a quienes, entre lágrimas, les contó la noticia. Ellos lo consolaron y le dijeron que no estaba solo y que por más que sus papás ya no vivan juntos, siempre lo iban a amar. También recuerda que le dijeron que al inicio no sería fácil y que estaba bien sentirse triste. 

Y así fue, Carlos se sintió triste por un tiempo por lo que dejó de salir a jugar con sus amigos y amigas; sin embargo, ellos lo visitaron. Al conversar, descubrió que los papás de algunos de ellos también se habían separado. Juntos compartieron sus historias y él se dio cuenta que las cosas estarían mejor poco a poco. 

Más adelante, Carlos conversó con sus padres y les contó cómo se sentía, aunque era evidente, no habían conversado sobre el tema desde que le dieron la noticia. Lo comprendieron y le hicieron saber lo mucho que lo querían y que estarían para él. 

Se animó a escribir sobre lo que le había pasado y, como sabía tocar la guitarra, hizo algunas canciones con sus escritos, pues le divertían y ayudaban a relajarse.

Ya han pasado años desde la separación de sus padres y Carlos pudo aprender que aquello que le parecía duro, poco a poco fue más sencillo de aceptar.

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